Ya, ya.. habrá alguno que esté pensando en la vez
que notó ese terremoto de intestinos ruidosos en pleno silencio de una reunión
social, o el momento angustioso de quedarse de repente a solas con la persona
que nos chiflaba y con la que
habíamos imaginado tantos momentos a solas y no saber qué decir, tener que
tomar una dirección u otra en una autovía, Ciencias
o Letras, qué hacer o decir a nuestros hijos o hijas ante distintas
situaciones que van a atravesar en sus vidas…
¿En cuántos
momentos hemos podido tener esta pregunta en nuestra cabeza? ¿Cuántas veces
hemos pensado lo necesario de un “Pepito Grillo” o “Anciano de la Tribu ”
que nos dijese qué es lo que más nos convendría en ciertas situaciones de alta
incertidumbre o incluso a la hora de plantearnos qué queremos en la vida?
A veces, no sé si influidos por esta cultura meditatizadora donde parece que nuestra
vida se puede regir por un guión como
si fuese una película, nos hemos sentido altamente frustrados por no saber o no
“adivinar” cuáles son los pasos que
deberíamos seguir ante situaciones de gran duda porque a veces hemos creído que
“debe de haber alguna forma más exacta y
encarrilada de hacer las cosas que nos garantice que estamos haciéndolas bien…”,
que nos garantice que no vamos a
equivocarnos, en definitiva, que nos
permita mantener un viaje de unos
más-menos 90 años, en muchos casos, sin interrupciones ni averías…
Visto así, parece evidente lo exagerado del
discurso, es decir: que parece imposible imaginar llevar una vida sin ningún
tipo de dificultades en ningún momento; aunque parece más normal pensar en intentar llevar una vida con los menos
riesgos posibles, esto parece más realista ya que la sociedad que nos
envuelve nos manda mensajes de lo posible y normalizado que resulta vivir con garantías…
sirva de ejemplo la cantidad de empresas aseguradoras que tienen cabida y altos
beneficios a partir de esta idea…
Es como si estas Aseguradoras conociesen las Teorías
de Psicólogos Científicos que se han dedicado durante muchos años a
investigar sobre distintos fenómenos como por ejemplo el de la preocupación…
Preocupación: “consiste en un intento de anticipar posibles resultados negativos
relacionados con metas personales que pretende evitar la frustración que
conllevaría no obtener dichas metas …” (Borkovec,
Thomas D, 1986)
Muchas
veces deseamos que alguien estuviera a nuestro lado, como Gurú o Consejero para
este tipo de situaciones… esto humanamente es comprensible ya que desde la más
tierna infancia aprendemos a relacionar la presencia de los demás con la satisfacción
de necesidades
fisiológicas y psicológicas, además el deseo de estar en LA COMPAÑÍA de otras personas puede aportarnos:
- Emociones agradables
- Atención y alabanza, que optimizan los sentimientos
de competencia.
- Reducción de emociones negativas(como la sensación de incertidumbre)
- Satisfacción de la necesidad de predicción de los
acontecimientos: estar en compañía de una persona nos ayuda a dar significado
y a organizar los acontecimientos, sobre todo si los percibimos como un “caos”.
- Comparación social: tendemos a valorar nuestras opiniones, emociones y
habilidades con respecto a los demás; es decir, por aprobación social, especialmente si nos son importantes esas
personas.
Desde
luego, podemos entender que vistos estos motivos, nuestra naturaleza más profunda
esté intentando con ello satisfacer ciertas necesidades que hace millones de
años hubieran supuesto nuestra supervivencia y que sin embargo actualmente, aun
entendiendo que se están cubriendo necesidades a nivel socioafectivo tan importantes, sin embargo, no podemos esperar que
los demás sean quienes nos vayan a aportar las soluciones precisas y únicas para los problemas que nos vayan surgiendo en nuestra
vida, entre otras cosas porque habría que plantear la existencia real del
término “solución precisa y única”…
Sin
embargo, entendiendo la necesidad de apoyo emocional y de distinta índole que
nos puedan aportar los demás, pocas veces hemos recibido mensajes propicios a
escuchar en primera instancia a LA PERSONA QUE SOMOS POR LO QUE HEMOS SIDO … es decir: a evaluar qué Estrategias de
Afrontamiento hemos utilizado mientras que nos ocurrían otras inclemencias
“por el viaje”.
En la mayor parte de las ocasiones hemos aprendido que en situaciones de estrés y dificultades se entiende esperable el deseo de satisfacer primero nuestra incertidumbre consultando consejos a diversas personas, incluso sin medir el grado de competencia, confianza o adecuación de éstas; mirar en la web, foros, libros… estrategias útiles en muchos casos, pero no se nos ha instruido en primera instancia a pensar en otro tipo de estrategias como PENSAR:
En la mayor parte de las ocasiones hemos aprendido que en situaciones de estrés y dificultades se entiende esperable el deseo de satisfacer primero nuestra incertidumbre consultando consejos a diversas personas, incluso sin medir el grado de competencia, confianza o adecuación de éstas; mirar en la web, foros, libros… estrategias útiles en muchos casos, pero no se nos ha instruido en primera instancia a pensar en otro tipo de estrategias como PENSAR:
…Cuando
me he encontrado en otras situaciones difíciles,
·
¿Sentía este tipo
de emociones también?;
·
antes de
realizar nada, ¿qué pensaba sobre mis habilidades?
·
¿cómo valoraba de posible o imposible la
solución?
·
¿qué hice?;
·
¿qué resultados
me trajo?;
·
¿cómo me sentí
realizando un plan de acción?
·
¿cómo me sentí
después de intentarlo?
·
¿qué consecuencias obtuve de haberme expuesto
a estas situaciones?
·
¿Contribuyó en
parte a lo que soy ahora?
Y
es que a veces pensando en “lo necesarios
e imprescindibles” que nos resultan los demás, nos olvidamos de lo
imprescindible que es contar con nosotros mismos y nuestras experiencias previas…
por tanto
¿QUÉ CONSEJOS TE DIRÍAS A TI DESPUÉS DE TUS
EXPERIENCIAS?
Laura Rodríguez
Psicóloga y Psicoterapeuta